AHORRO DE TIEMPO
Anelys Wolf & Sebastían Preece
Mayo - agosto de 2024
La decisión de combinar las obras de Sebastián Preece y Anelys Wolf para la cuarta exposición en Capilla Azul surgió, irónicamente, de nuestra consciencia de que sus respectivos enfoques artísticos guardan poca similitud externa. Mientras que Wolf se dedica al formato históricamente contenido de la pintura figurativa, los métodos de trabajo de Preece implican una respuesta más improvisada al entorno físico en el que se desenvuelve. En cuanto a los resultados, sus métodos e ideas por separado produjeron obras igualmente distintas que no sugieren una base natural para la comparación o la asimilación. No obstante, las rigurosas investigaciones de Preece sobre la mutabilidad de los materiales y las incursiones narrativas de Wolf en el pasado comparten la característica esencial de poder inducir en el espectador la sensación de haberse perdido inexplicablemente en el tiempo.


Anelys Wolf
Nacida en Valdivia, Chile, en 1974, estudió en Santiago de Chile entre 1993 y 1996, donde obtuvo su licenciatura en Bellas Artes, con especialización en Pintura, por la Universidad de Chile. Ha desarrollado su carrera desde Ancud, Isla de Chiloé, y desde 2010 ha trabajado y expuesto en Europa, principalmente en París. Anelys es hija de la interculturalidad que caracteriza las zonas norteñas de Chiloé. Su madre era originaria de la Isla Quinchao, en el mar interior del archipiélago, desde donde, durante su época de estudiante, viajaba a caballo, en bote y luego en tren hasta la Escuela Normal de Ancud, donde se formó como maestra de primaria. Su padre, descendiente de colonos alemanes, se dedicó a la agricultura y al comercio. En la casa paterna de Anelys en Ancud, se respira la esencia de Chiloé: la lluvia que entra por la ventana, el calor del fuego en la estufa de leña. Desde 2012, ha pintado ininterrumpidamente desde Chiloé, donde reflexiona sobre la identidad local y la importancia de pertenecer a una sociedad pequeña, en sociedades que tienden hacia una uniformidad de expresión.

Sebastián Preece
Preece nació, creció y reside actualmente en Santiago. Desde hace tiempo, le fascinan los procesos naturales de desintegración que a menudo se presentan en su obra. Sus proyectos tienden a amplificar la tensión inherente entre la integridad de la materialidad y la estructura de su obra, por fugaz que sea, y el interés exclusivo de las instituciones convencionales por conservarla para el futuro. La metodología de Preece a menudo se basa en el simple acto de desplazamiento: ha excavado bajo bibliotecas, preservado libros arruinados, escaleras de concreto rescatadas del huracán Katrina y puertas de celdas de acero de una penitenciaría profusamente pintadas, dispuestas en una escultura suspendida que se transforma donde sea que se muestra en una reliquia física de desesperación.
Para Chiloé, Preece comenzó investigando estructuras cercanas hechas por el hombre que transmitían una sensación extendida de tiempo, y encontró lo que buscaba en una canoa abandonada que a primera vista parecía haber sido dejada de lado casualmente, pero tras una inspección más profunda resultó ser un complejo de finas capas, que implicó varias fases, a lo largo de varios años, de construcción, deterioro, parcheo, reconstrucción, resellado y repintado, de modo que la misma embarcación ha sido rescatada y reutilizada en múltiples ocasiones, hasta que ya no se pudo renovar ni reciclar. Para dar vida a esta narrativa, Preece se dedicó a desmontar minuciosamente toda la embarcación a mano, para luego disponer cada pieza de madera y metal de forma que transformara la estructura utilitaria en una exhibición estética de forma, color y textura. Estos fragmentos también detienen el tiempo, pero no ralentizando el deterioro, sino que lo replantean dentro de una narrativa ampliada de adaptabilidad humana.












